lunes, 9 de marzo de 2015

El reencuentro

           Se hace largo, yo diría que cada año más, soportar los meses de invierno. Días de tormentas, vendavales del NW, lluvias que calan hasta los huesos, vientos gélidos, incluso algún día de nieve a nivel del mar, así ha sido el invierno por aquí. Y hablo en pasado pues parece que lo peor va a quedar ya atrás, las altas presiones se van a quedar unos cuantos días con nosotros, es cuestión pues de aprovecharlas. Y es que días de lluvia aún nos tocarán soportar en la primavera, como no, así que ni corto ni perezoso sino todo lo contrario, este fin de semana izamos velas y nos hemos dejado llevar unas cuantas millas por un NW que rondaba los 10 nudos, aunque a ratos llegaban rachas con algo más de fuerza.

         Lógicamente el mar no tiene todavía ese color que toma tras muchos días de buen tiempo, el agua está revuelta, y aún somos pocos los que nos decidimos a navegar en el Cantábrico. Es un gozoso reencuentro, como volver a ver a un amigo. Los rayos del sol tienen ya algo de fuerza y se está muy bien en la bahía, los pocos que salimos disfrutamos con las condiciones, hay una mar de fondo de 2 metros pero es bastante tendida, las rompientes en los bajos de las Erretas delatan el estado de la mar.

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             Navego primero de ceñida hacia el N, las olas me entran por la amura de babor y frenan un poco a Siracusa que apenas avanza a 4 nudos, mantengo rumbo casi una hora y luego con la proa apuntando a Hendaia me coloco para recibir el viento por el través, ahora con este rumbo algo más abierto y las olas más a favor, Siracusa navega más rápido. Repaso mentalmente los consejos de trimado de velas de algún amigo e hilando fino hago que el velero sobrepase en algún momento los 6 nudos, disfruto de esta soledad que nos envuelve cuando navegamos a solas, poco a poco la confianza que me faltaba cuando he salido hoy la voy recuperando, y enseguida me doy cuenta de lo afortunado que soy…

        Estamos en Marzo, es la época de hacer planes para los meses que nos vienen, el año pasado llegamos a Baiona, en la costa de Iparralde, este año me gustaría visitar a un amigo en la costa bizkaina, es bueno tener amigos en los puertos…

          Así, a veces de través, otras ciñendo, paso la tarde, el sol poco a poco va perdiendo fuerza y me recuerda que todavía faltan unas cuantas semanas para que lleguen los días en los que pueda esperar a las estrellas disfrutando de la cálida temperatura de un atardecer, ese será otro reencuentro muy esperado.