La esperanza de poder salir a navegar un último día antes de terminar este año se difumina, los partes meteorológicos van de mal en peor, olas de 4 o más metros, vientos por encima de 20 ó 25 kn, demasiado para Zaldi, o al menos sí para este patrón. Este Diciembre ha sido un mes pésimo para salir a navegar con un velero de pequeñas dimensiones, con un patrón al que aún le queda por aprender.
Sí, los miedos de salir yo solo con el velero han quedado atrás, pero solo eso, los miedos. Ha sido al aumentar los conocimientos cuando la prudencia ha crecido, te das cuenta de los riesgos, de los vientos traidores, de las olas inesperadas.
Recuerdo los primeros días, salir del pantalán era ya una prueba a superar, hace poco escribía “ a navegar se aprende navegando ” . No hay atajos, solo escuchando al viento y mirando mucho a las velas se consigue, que gratificante es aprender, sin duda me llena. Durante este año la montaña apenas la he pisado, navegar se ha llevado casi todo mi tiempo. He vuelto a otear las montañas desde lejos, desde abajo, sin ambición. Por contra, Zaldi ha sido generoso y hemos disfrutado mucho. Digo hemos pues han sido unos cuantos amigos los que se han animado a conocer de cerca la vela en estos dos años, algunos con más fervor que otros, pero al menos se que unos cuantos dieron el paso y navegaron con Zaldi. Es verdad que me hubiera gustado atraer a más amigos, pero las montañas deben de tener un magnetismo muy fuerte…
Pero no solo amigos navegaron con Zaldi, los de casa también me acompañaron, mis hijas y mi mujer, sobre todo esta última, ya se va soltando y las escoras durante las ceñidas ya no le asustan, se divierte, diría que comienza a flirtear con el viento. La caña del timón y ella ya se llevan mejor.
En el 2013 he aprendido algunas cosas, St Jean de Luz ya no está tan lejos, hoy se que vientos me son más favorables para entrar en la bahía Sokoa. Puedo ir y volver con soltura, y sé que deberé ceñir bien a la ida o bien a la vuelta. Descubrí que Zaldi puede navegar ciñendo con F-5 sin coger rizos, sobre todo si vamos dos abordo, ¿verdad Jon ?, tú me lo demostraste. También he aprendido que puedo surfear las olas, no todas claro, pero lo hicimos con las de cerca de 3 metros, pero esto mejor no repetirlo… Y lo mejor de todo, Zaldi me ha enseñado que puede llevarme lejos, poco a poco y de puerto en puerto, sin prisas, disfrutando de la costa y de la compañía de amigos. Durante el verano fuimos a Getaria, el pueblo de Elkano, ya sé que para la mayoría de los que navegan no es una gran travesía, pero fue un paso más para mí, fue el segundo paso, el primero ya lo dimos hasta Donostia en el 2.012.
He podido probar el viento de un chubasco lejano, le he visto venir y he comprobado como pasamos de F-1 a F-5 en unos segundos, ello me ha enseñado que navegando en solitario quedan pocos ratos para estar relajado. He aprendido a decapar las capas antiguas pintadas en el casco de mi velero, a trabajar con epoxi, y a aplicar la nueva capa de antifouling… Las mareas, o mejor dicho, las bajamares, también me han enseñado algo, me han enseñado donde hay un banco de arena al salir del amarre, y que con mareas vivas la orza de Zaldi toca arena…
Las noches de verano también he navegado, hemos buscado en la oscuridad las luces que señalan la entrada a puerto y hemos disfrutado con las estrellas y la luna escuchando como la proa se abre paso.
Me ha costado un poco pero he aprendido algo sobre el viento sur, no es de fiar en nuestra costa, sobre todo para un velero pequeño como el mío, te zarandea, hace desbocarse al velero.
El 2014 ya está aquí y llega abriéndose paso como lo hace en las aguas la proa de un velero.
Para todos un feliz año 2014.