domingo, 1 de agosto de 2010

Circular en Garajonay

           Tocaba ya encaramarse a lo más alto de La Gomera. Me diseñé un recorrido que no solo me llevase por los senderos de montaña, también quería conocer sus pueblos y sus gentes y la verdad es que no me defraudaron ninguno de ellos.
          Comienzo en el llamado parking de Pajaritos cerca del Alto de Garajonay, sigo la señal que me indica el sendero al punto más alto de la isla y en menos tiempo del que yo creía, atravesando bosques de brezo, alcanzo la cima de Garajonay. Me recibe un monumento a los antiguos pobladores de la isla, la vista desde allí es fenomenal, al Norte están los valles fértiles de La Gomera hoy tapados por densas nubes, al este aparece entre la bruma Tenerife con el Teide sobresaliendo entre todo, también en esa dirección pero más cerca atisbo algunos Roques de La Gomera, hacia el sur veo claramente las tierras más áridas de la isla y en dirección Oeste veo cercana La Fortaleza de Chipude, una cima rodeada de murallas verticales, también en esa dirección debería de ver la isla del Hierro, pero hoy hace demasiada bruma en el mar y no se distingue esa poco conocida isla.
            Tras pasar un buen rato sacando fotos y disfrutando del momento, cojo una pista con dirección Oeste que por un coqueto valle primero me llevará hasta la aldea Los Manantiales y luego a Chipude. Paso junto a bancales repletos de viñas, atravieso en silencio las casas de Los Manantiales y en media hora más llego a Chipude. En este pueblo pregunto a una mujer por un lugar para comer algo y desde luego que también para beber. La mujer me dice, “ mira, si te acercas hasta El Cercado mi hermana tiene un bar allí y seguro que te dará de comer “. La mujer me explica como llegar andando hasta ese pueblo sin coger la carretera que los une, me dice que en media horita puedo estar comiendo en el bar María, que es como se llama el bar de su hermana. Hago caso de sus consejos y en media hora estoy en El Cercado, no me cuesta encontrar el bar, es más, cuando llego ya le había avisado la mujer de Chipude de que yo iba para allí y me encuentro la mesa puesta. María, que es como se llama la dueña del bar, me saca un plato de carne guisada con papas que no se lo salta un gitano. Caen también dos frías cervezas que ayudan a quitar el reseco que traía, me como unos plátanos con miel de palma de postre y tras charlar un rato con la anfitriona me despido con un  ¡¡ hasta la próxima !!, a María le chocaba eso de que yo viniese desde el norte de la península para caminar por esos lugares… .
           Ahora tengo que desandar mis pasos hasta Chipude, a la entrada de este pueblo visito un antiguo lavadero que María me ha recomendado, la verdad es que es muy curioso y está bien conservado, algo me dice que hasta no hace mucho las mujeres venían aquí a lavar la ropa. Abandono Chipude por su calles altas y me dirijo hacia la tramo mas espectacular del recorrido, un sendero lleno de miradores naturales me llevará por la parte alta del valle de Erque allí donde se cierra el barranco. Pero antes paso por una pequeñita aldea, Pavón, la cruzo en silencio mientras sospecho que sus pobladores estarán en la siesta. Me introduzco en el sendero que va a media ladera y noto como la temperatura sube considerablemente, es como caminar por el borde de una caldera, a pesar de la sofoquina voy disfrutando mucho, me considero un privilegiado por estar allí. En medio de la travesía de ese tramo del recorrido me encuentro con un minúsculo arroyo por el que tan solo baja un hilo de agua, la toco con mi mano y para desesperación mía compruebo que baja templada, desde luego que no me atrevo a beber de ella, además todavía me queda algo en la cantimplora que llené en el bar de María, pero las papas con carne están haciendo estragos en la reserva de agua que llevo ja ja ja . A media ladera y a lo lejos distingo una pequeña población en el valle, se trata de Erquito.
           Achicharrado por el sol veo que estoy llegando a Igualero, última de las aldeas que hoy visito. Parece que es un pueblo con muchos cultivos familiares, a la entrada del pueblo encuentro el motivo de tanta huerta y frutal, un arroyo que lleva un caudal que aunque no grande si continuo, él es el encargado de dar vida a estas plantaciones. Algún paisano se me queda mirando mientras cruzo entre las casas de Igualero, cerca ya distingo el pinar donde se encuentra el coche aparcado, ha sido un recorrido lleno de emociones.
        Hoy, mientras escribo esto en casa, me viene el recuerdo de aquellas gentes y su entorno y me siento un poco gomero.
Las fotos comentadas: http://picasaweb.google.es/elandua/CircularEnGarajonay?authkey=Gv1sRgCMGkyPb5hZTseA#slideshow/5493456083771094194
El track en Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1021994


Circular en Garajonay from Fernando BD on Vimeo.

1 comentario:

Gabi dijo...

Llego de pasar un par de semanas de rule por la vieja Europa y lo primero que he echo al llegar a Iruña es conectarme .... me lo he pasado genial pero ya os echaba de menos je,je.
Buen repor.
Un abrazo.